En el momento presente, la inflación es uno de los datos que los economistas vigilan más de cerca. A nadie sorprende, pues, que la atención de traders e inversores esté centrada en el IPC (índice de precios al consumo), ya que es una de las medidas más importantes de inflación y deflación.
El IPC de un país mide los precios de los bienes y servicios que necesitan las familias. Por ejemplo, el gasto en alimentación, ropa, transporte y ocio. Los economistas promedian las variaciones en una cesta de estos bienes y servicios para deducir si los precios suben o bajan y cómo afecta todo ello al coste de la vida.
Sin embargo, para la mayoría es una señal evidente del estado de la economía de un país y el motor principal de la política monetaria: subidas o bajadas de los tipos de interés.
¿Por qué es importante el índice de precios al consumo?
Gobiernos y bancos centrales usan el IPC y otros índices para tomar decisiones en materia de política económica.
Una de las más importantes es si suben o bajan los tipos de interés. Unos tipos más elevados encarecen los créditos y están pensados para enfriar el gasto de los consumidores y, a su vez, la inflación. Unos tipos más bajos tienen el efecto contrario, y están diseñados para alentar el gasto de los consumidores y mantener la inflación en línea con el objetivo de un país.
Por lo tanto, los cambios en política monetaria basados en el IPC deberían incrementar la volatilidad de los siguientes activos:
✅ Dólar de EEUU
✅ $Oro
✅ Acciones de EEUU (Dow Jones, Nasdaq, SP500 y otros)
¿Qué podemos esperar de la próxima medida del IPC?
Se estima que la previsión del IPC de octubre suba un 0,6-0,7% intermensual, en comparación con la predicción del 0,3% en septiembre. El IPC subyacente se situaría en el 0,5% para septiembre y octubre.
No son cifras demasiado alentadoras. Una inflación subyacente del 0,5% intermensual sostenida implica una inflación interanual superior a un 6%. El objetivo de la Reserva Federal es el 2%.
La mediana del IPC en EEUU se incrementó al 6,7% en agosto, frente al 6,27% de julio de 2022, según la Reserva Federal de Cleveland (https://www.clevelandfed.org).
Si la inflación sigue disparada como hasta ahora, podría provocar una reacción por parte del Banco Central estadounidense. Exacto: ya se espera que la Fed suba los tipos de interés en sus reuniones de noviembre y diciembre, pero quizá los incrementos sean más grandes o quizá decidan seguir subiéndolos en 2023. Cualquier escenario sería preocupante.
La reacción del mercado es menos evidente, en parte porque actualmente ya hay bastante miedo y estamos en un mercado bajista. El mercado no es demasiado optimista. La recesión es una posibilidad real. Si resulta que las previsiones de inflación son exactas, aún queda por ver qué se valora en las expectativas del mercado.
Sin embargo, podemos asumir que un IPC más elevado de lo previsto apuntaría a una inflación más alta y a que el USD podría ganar valor. Pero ello podría añadir presión al mercado de acciones, en especial a los valores de empresas importantes.
Por el contrario, si la cifra subyacente es inferior a las previsiones mínimas, sería positivo para las acciones, debilitarían al USD y harían subir al oro y a la plata. Probablemente este sería el escenario más favorable para operar, ya que sería contrario a la reacción derivada del último informe de nóminas no agrícolas (NFP).
Hay que estar preparados para una volatilidad más elevada.
Resumen
- El IPC de EEUU marca el camino de una subida de tipos en noviembre.
- La previsión del IPC de octubre apunta a entre un 0,6% y un 0,7% intermensual.
- Un IPC más elevado de lo previsto apuntaría a una inflación más alta, y el USD podría ganar valor.
- Si la cifra subyacente es inferior a las previsiones mínimas, sería positivo para las acciones, debilitaría al USD y harían subir al oro y a la plata.